jueves, 17 de enero de 2013

De Kuta a Ubud....y de Ubud a Bangkok.

Hola queridos. Esto ya se termina. Y esta es mi última entrada desde Asia. Estoy en Bangkok donde me estoy dedicando básicamente a hacer compras y a pasear por la ciudad. Mañana, la aventura se termina. Y al escribir esto, siento un cosquilleo en el estómago. Todo lo disfrutado y todo lo vivido ha sido increíble e inolvidable. Y os lo he intentado contar de forma amena durante estos 80 días de viaje. Espero que os haya gustado y que en cierta forma, lo hayáis disfrutado conmigo. Así que os cuento lo que dieron de si los últimos días de mi viaje.

Desde las Gili, el desplazamiento a Bali fue demasiado largo. Más aún de lo previsto. El ferry tarda unas cinco horas, desde Lombok a Bali. Salimos a las 8 de la mañana para estar en el puerto de Lombok sobre las 12 del mediodía. A las 13 h salió el ferry y aunque a las 18 ya estábamos en Bali, estuvimos esperando 4 horas dentro del barco porque el puerto estaba saturado. El resultado es que nos acostamos,después de desplazarnos a Kuta y buscar una guesthouse, a las 3 de la mañana.

Elegimos Kuta para celebrar una fiesta de despedida, ya que los tres hermanos holandeses, Rob, Coen Y Vas, se marchaban a Australia al día siguiente. Max volvía a Holanda, y se quedaría conmigo los últimos días en Bali. Durante el día en Kuta aprovechamos para relajarnos en la playa y seguir practicando surf.

Pasamos un buen día de playa: surf,cervezas, compras de camisetas y souvenirs a los vendedores ambulantes y relajación para la fiesta nocturna.





Fue una buena despedida. Disfrutamos de la noche de Kuta y nos lo pasamos muy bien.

Al día siguiente, Max y yo nos desplazamos a Ubud. Ubud es la capital cultural de Bali. Aunque turística, se puede disfrutar de la auténtica Bali y de su gente. Cuando llegamos, el propietario de Indra guesthouse, nos propuso una oferta para quedarnos en su propiedad. El precio ofertado era mas que razonable y cuando comprobamos que la habitación estaba muy bien, nos quedamos. Las habitaciones se situaban alrededor de un gran jardín y un templo indú. Muchas de las casas en Bali tienen su propio templo.


Probé por primera vez el Gado Gado. Un plato típico de Indonesia, que consiste en verduras hervidas al dente, huevo y tofu, acompañados de salsa de cacahuete. Una delicia , sobre todo para los amantes de las verduras.

Al día siguiete, Madi, el dueño de la guesthouse, nos llevó con su coche, justo a una pareja de Estonia, a hacer un tour por los alrededores de Ubud.

Primero visitamos las terrazas de arroz, donde aun se cultiva el arroz de la forma tradicional. Y aunque el arroz se acababa de plantar y no ofrecía el verde de otras fotos, las vistas eran espectaculares.



Visitamos dos templos de los alrededores. El primero, mas pequeño, tenía un bonito estanque lleno de peces y donde Madi nos explicó un poco su religión, induista balinesa. Cuando realizaban las ofrendas, cuando iban a rezar, cuando se realizaban las grandes celebraciones, etc.







El segundo templo que visitamos fue Tirta Empul. En este templo, mucho más concurrido, puedes lavar tu cuerpo, alma y espíritu gracias al agua sagrada de sus fuentes. Madi nos explicó como debíamos hacerlo y que lo más importante era que tuvieras fé en ello. Así después de bañarte sentirías tu interior completamente limpio. Yo, no dude ni un minuto me metí debajo de las fuentes.





Tienes que pasar por la mayoría de las fuentes, saltando algunas que son sólo para bendecir a los muertos. Y el ritual en todas es el mismo. Te lavas la cara tres veces,



Bebes el agua,

y te lavas para limpiar todo tu cuerpo



Salí super limpio, tanto por fuera como por dentro. Totalmente renovado.




La siguiente visita fue a una plantación de café, donde nos enseñaron como cultivan los diferentes tipo de café, y nos dieron a degustar varios. Una turistada para que al salir compres los tés y cafés que tienen en la tienda. Lo más curioso fue descubrir el café mas caro del mundo, del que ya había oído hablar. Se trata de un café que recogen de los escrementos de este animalito, del que no recuerdo el nombre.

Por lo que se ve, el susodicho se come los granos del café, y de su caquita, sacan el café con mejor aroma que se puede conseguir. Aquí podéis ver una muestra de la caquita.



Yo no lo probé. Y no fue por asco ni nada, es que te cobraban bastante caro por una taza, y el aroma era parecido al Santa Cristina...... así que dejé para mejor ocasión la cata de café caquita.

La última visita fue a un mirador donde se puede ver uno de los volcanes de Bali, pero el día no acompañó y las vistas no fueron del todo buenas.

Al día siguiente me despedí de Max, el último holandés, y me di un paseo por el bosque de los monos. Es un bosque que hay en Ubud, donde habitan gran cantidad de simpáticos macacos. La visita es muy divertida con todos los turistas jugando con ellos. Además los templos y la naturaleza del bosque merece la pena una visita.




Ya por la tarde me dediqué a buscar el desplazamiento para el día siguiente hasta el aeropuerto, comprar algunos souvenirs, y descubrir las maravillas del masaje balinés, que no tiene nada que envidiarle al Thai.

Y así acabó mi último día en Ubud. Una ciudad que me enamoró y que recomiendo su visita. El viaje a Bangkok no tuvo incidencia alguna, y a las 17 horas estaba ya en mi hostel, esta vez del distrito de Silom.
Los que me seguís desde el primer día, recordaréis que empecé este blog con una frase. Y que prometí terminarla con la misma si realmente se había cumplido. Y repasando todo, creo que esteráis de acuerdo, y que puedo terminar con ella esta entrada. Así, que como diría mi amigo Hannibal Smith :
" ¡¡¡¡ME ENCANTAN QUE LOS PLANES SALGAN BIEN!!!!



domingo, 13 de enero de 2013

Buceo y relax en Gili Trawangan

¿Qué tal todo por España? ¿Me encontraré el sábado que viene todo tal como me lo dejé? Bueno, no hace falta que me digáis nada, me lo puedo imaginar. Yo, por Indonesia, intentando disfrutar y sacar el máximo provecho a todo lo que me queda por vivir. Así que os cuento lo último que no ha sido poco.

El día que nos desplazamos a las islas Gili desde Senggigi, teníamos contratado lo que llaman un "Discovery Diving", o buceo de descubrimiento. Por fin, animado por los holandeses, me había decidido a realizar mi primera inmersión de buceo con botella. Ésta la haríamos entre las islas Gili Meno y Gili Trawangan, y cuando lo termináramos nos dejarían directamente en Gili Trawangan para buscar alojamiento y pasar allí tres noches.

En el bote que nos llevaba a la zona de buceo nos dieron algunas instrucciones, muy básicas, ya que tres de los cuatro no habíamos buceado antes. Tras las breves explicaciones del instructor nos fuimos directamente al agua. Creo que fue un poco salvaje porque normalmente las primeras inmersiones se hacen en la piscina o en la orilla, pero a nosostros nos soltaron directamente al agua, eso sí , bajo la atenta supervisión de dos instructores.


En la primera inmersión, estuvimos unos 38 minutos bajo el agua y aunque al principio estaba un poco nervioso, conseguí relajarme y disfrutar de la experiencia. La visibilidad en esta primera inmersión no era muy buena, pero vimos una gran cantidad de peces de todos los colores y nuestras primeras tortugas marinas, una de ellas bastante grande. Es impresionante verlas nadar con esa tranquilidad que trasmiten.

 

En la segunda inmersión que hicimos el agua estaba mucho más clara , pero por otra parte , había unas fuertes corrientes, y para mí fue más complicado disfrutar. De hecho, fui de los que gasté primero el oxígeno y tuve que subir a los 28 minutos junto con Bas y uno de los monitores. Coen y Rob estuvieron cerca de 50 minutos bajo el agua en esta segunda inmersión.


 

Tras las dos inmersiones nos llevaron a Gili Trawangan, donde buscamos alojamiento un poco alejado de la playa para que fuese más económico. Lo encontramos al final por 5$ por persona con desayuno incluido, que no estaba nada mal. Eso sí, la ventana del baño de mi cuarto no tenía mosquitera y entraban toda clase de bichos. Uno de los días tuve que ducharme con este simpático lagarto de unos 20 centímetros, encima de mi cabeza.


El día siguiente nos dedicamos a descubrir la isla con unas bicis alquiladas. Subimos al punto de la isla más alto para disfrutar de buenas vistas de las islas y de Lombok.

 

Después le dimos la vuelta a la isla con las bicis, y creo que en menos de una hora se puede recorrer aún yendo despacio. Nosotros nos parábamos bastante para disfrutar de las vistas y hacer las fotos correspondientes y la hicimos en menos de 2 horas.

 

Después del paseo en bici nos relajamos en la playa y vimos algunos expertos surfers cogiendo buenas olas. Ya mismo estoy yo como este, volando sobre las olas...

 

Por la noche, como habíamos hecho primo he anterior, nos fuimos a cenar al mercado nocturno, donde se puede disfrutar de un pescado fresco a la brasa con tu ración de arroz y verduras por 4$.

 

Esa noche había fiesta en la isla, y es que aquí, tres veces a la semana, organizan fiestas los bares de la playa. Y claro nosotros no nos podíamos perder esa tradición. Aquí estábamos calentando.

 

El último día en la isla fue de relax total, levantarnos tarde, ir a la playa, comer, dormir siesta, cenar y cerveza tranquilita en el reggae bar. Al día siguiente nos marcharíamos de nuevo a Bali para pasar la última noche juntos de fiesta en Kuta, ya que los tres hermanos cogían el vuelo dirección Australia. Y eso ya os lo cuento en la siguiente.


 

miércoles, 9 de enero de 2013

Lombok, penúltima parada.

Ains!!! En los ultimos dias no puedo remediar pensar en los días que me quedan de viaje. Hoy es día 9 y el 19 de enero estaré de vuelta en Málaga. 10 días podrían ser unas buenas vacaciones pero ahora mismo para mí no es nada. Es la última etapa de este viaje y probablemente de este blog. Seguiré disfrutando a tope todo lo que me queda y os seguiré contando todo lo que me ocurre hasta el ultimo día, pero empiezo a pensar en todo lo vivido y todo lo contado que ha sido mucho. Un viaje que espero no sea irrepetible y que estoy compartiendo con todos, porque al final las cosas buenas, acompañado , saben mucho mejor.

Pero esto no puede ser una entrada de despedida, porque aun me queda mucho que contar....

Os dejé bailando salsa hasta las tantas de la madrugada y al día suguiente me tenía que despertar a las 6:30 porque nos recogían para el traslado a la isla de Lombok. Dormí solo un par de horitas, pero después de unas cabezadas en el autobús y en el barco pude aguantar todo el día con bastante dignidad.

Nuestro destino en Lombok fue Senggigi, una ciudad en la costa, cercana a las islas Gili. Coen, el menor de los hermanos holandeses, pasó aquí 3 semanas el año pasado trabajando como voluntario de una ONG holandesa. Instalaron unas bombas de agua para algunas familias que viven bastante alto en las montañas y tienen que bajar a diario a por agua.El primer día en Senggigi lo dedicamos a visitar las instalaciones de agua y las familias que vivían en las montañas.



 

 

Estas familias viven con muy poco, pero a pesar de eso, intentan compartir lo poco que tienen. Este joven nos invitó a sentarnos en la cabaña donde vive con su familia, nos contó un poco con es su vida y de como sobreviven. Nos ofreció algo de fruta que tenia en la cabaña, toda una lección de generosidad.

 

Las vistas de la costa desde las montaña eran espectaculares. A la hora de almorzar decidimos bajar de nuevo al pueblo.

 

Ya en Senggigi nos dimos un paseo por la playa y nos paramos en el Sunset Restaurant, donde , como su nombre indica, vimos un atardecer espectacular acompañados de las correspondientes cervezas.

 

 

 

Después cena y a la cama, el día siguiente tocaba madrugar.

Alquilamos motos para visitar unas cascadas al norte se la isla. La carretera hacia el norte desde Senggigi va bordeando la costa y ofrece buenas vistas de las islas Gili.

 

 


Paramos en dos cascadas diferentes, las primeras, un poco mas pequeñas pero las segundas bastante espectaculares.

 

 

En estas últimas, nos pudimos meter detrás de la cascada y por un pequeño hueco y fue una nueva experiencia, un ruido ensordecedor y la potencia del agua cayendo desde tanta altura.

Llegamos tarde de vuelta a Senggigi, nos dimos una ducha rápida y fuimos a descubrir la vida nocturna de esta localidad, que es mucha. Terminamos muy tarde y el día siguiente de relax sin hacer mucho.

El último día el plan era de nuevo alquilar moto y recorrer el sur de la isla pero el malarone, que me lo tomé muy tarde, hizo estragos en mi estomago y no me dejó pegar ojo. Así que me quedé descansado ya los holandeses se fueron sin mí.

Al día siguiente nos trasladamos a Gili Trawangan, la más grande y animada de las tres islas Gili. Esto es para el siguiente capítulo porque aun estoy aquí, y estaré hasta el Viernes. Sólo un pequeño adelanto de lo que hicimos ayer. ¿A qué no sabéis quien es éste?