Hemos pasado tres noches en esta increíble ciudad. Hoy os vamos a Vang Vieng, que esta a medio camino entre Luang Prabang y Vientianne, la actual capital de Laos.
La primera noche terminó como os conté en la anterior entrada, noche de whisky y bolos, y la consecuencia fué que nos levantamos tardecito. Desayunamos y alquilamos una bici para recorrer la ciudad. Este sitio es ideal para recorrerlo en bicicleta. El poco tráfico que hay es muy tranquilo, todo el mundo conduce despacio, por lo que nunca tienes sensación de peligro.
Visitamos el templo más famoso de Luang y el mas importante del país según la guía, Wat Xieng Thong. También visitamos algunos templos de alrededor y los monasterios de monjes que están en los recintos. Pudimos ver a muchos de ellos, los mas jóvenes estaban en clase, otros trabajando en obras de los templos, los lugares donde viven, e incluso intercambiamos algunas palabras con los que veíamos con mas ganas de practicar inglés.
La impresión que te da esta ciudad es de ser muy auténtica, y aunque haya turismo, no nos hemos encontrado con grandes masas que desvirtúen esa autenticidad.
Después de ver varios templos era el momento perfecto para hacer un descanso y tomar un refrigerio al lado del Mekong.
La siguiente visita fue a una parte de la ciudad donde de pueden ver humedales llenos de vegetación y casas sobre el agua. Fue un poco complicado encontrarlo pero sabéis que yo con un mapa soy el puto amo y no hay escondite que se me resista. Así que al final lo encontramos.
Vistamos un último templo que nos quedaba por la zona y el plan era subir la colina Phousi que está en el centro de la ciudad y donde se encuentra That Choisi, una estupa de oro que corona la ciudad y que su mayor atractivo es subir para ver una panorámica de la ciudad y unos deslumbrantes atardeceres sobre el Mekong.
Pero este plan se vió alterado por unos nubarrones que anunciaban una tormenta. La visita a la colina la dejaríamos para otro día.
Como estábamos con las bicis nos refugiamos justo a tiempo e hicimos una comida a las 5 de la tarde que no podemos definir como almuerzo ni como cena. Es difícil para los españoles acostumbrarse a estos horarios, y aunque lo estamos intentando, cuando cenamos a las 6, a las 10 de la noche nos entra hambre de nuevo.
Después de la cena aún seguía lloviendo con bastante fuerza, así que no hubo mas remedio que mojarse para devolver las bicis. Después al hotel a ducharse y yo me di una vuelta con los chicos madrileños, Juanjo y Olga, Rocío y Youniss se quedaron descansando. Terminamos la noche de nuevo en Utopía aunque esta vez no hubo bowling. Quedamos con ellos y los chicos vascos para negociar con un tuk tuk al día siguiente e ir a la cataratas Khuang Si.
Esta vez sí que nos levantamos tempranito, y a las 9:30 ya había conseguido Juanjo y Olga negociar el viaje de ida y vuelta a las cataratas por 25000 kips por cabeza, que aunque parezca una pasta son 2,5 €. Están a unos 30 km y se tarda casi una hora. En el camino se ven varios poblados y unos paisajes que ya valen la pena. Pero lo mejor aún quedaba por llegar. Las cataratas son preciosas, con varios saltos pequeños que forman piscinas donde esta permitido el baño, y al final una catarata espectacular.
El día estaba nublado y aún era temprano, así que para entrar un poco en calor y hacer ganas de baño, subimos por un camino justo al lado de la última cascada, donde subimos durante unos treinta minutos y nos adentramos en la selva. La subida y la humedad causó el efecto que buscábamos y nos dimos un baño fantástico en una de las zonas permitidas. Las fotos del baño la hicimos con la cámara de los chicos vascos que es waterproof, así que os las pondré en la siguiente entrada que aún no las he podido descargar.
A las 14:30 habíamos quedado con nuestro conductor para que nos recogiera, le dijimos que nos parase en un poblado del camino, donde compramos a unos niños una pulseras que hacen ellos mismos, y llegamos de Luang Prabang sobre las 16hrs. Aprovechamos entonces para subir y ver el atardecer desde la colina Phousi, pero las fotos tampoco las tengo ya que se nos olvidó la cámara en el hotel. Os pondré algunas prestadas también cuando las consiga. La vista de la ciudad y del Mekong desde allí es espectacular. Vimos el atardecer y bajamos.
Para terminar el día, como ya va siendo costumbre , una Beerlao de rigor.
Como os dije al principio hoy nos vamos a Vang Vieng, así que la próxima entrada será desde allí. No os podéis quejar porque hoy os he soltado un tocho impresionante.
¡¡Hasta siempre Luang Prabang!!