viernes, 16 de noviembre de 2012

Llegada a Vang Vieng, y a descubrir cuevas.

Buenas noches. Os escribo desde la guesthouse de Vang Vieng. Ya todos duermen, aquí es más de media noche, pero como sé que me debo a mis lectores y voy a intentar subir la entrada antes acostarme.
En el último día en Luang Prabang, Rocío y Youniss se levantaron temprano para intentar ver las ofrendas que le hacen la gente de esta ciudad a los monjes cuando amanece. Es un ritual diario que se ha convertido en una atracción turística, pero como eso significaba levantarse a las 6 de la mañana , yo me quedé en cama y ya vería las fotos.
Al final ellos tampoco vieron nada porque se les hizo tarde, pero aprovecharon para ver el mercado local de la mañana que es muy curioso. Se venden sapos, todo tipo de verduras, carnes y pescados muy frescos, es más, vivos.




Más tarde, y con mi cuerpo ya incorporado de la cama, visitamos el Palacio Real que era lo que nos quedaba de las cosas imperdibles de esta ciudad. Dentro del palacio se ven las estancias reales y muchos objetos de valor de las familias reales de Laos. También está expuesta la figura de Budha mas importante del país, el budha de oro. Pero como no se puede hacer fotos solo puedo enseñaros los exteriores.




Lo siguiente era, partir en el Mini-bus a Vang Vieng sobre las 14h. El viaje fue horrible. Son seis horas de curvas y baches, y alguno que otro echó los noodles de la sopa del día anterior.
Pero por fin llegamos a Laos, y después de algunas vueltas nos quedamos en la guesthouse Champa Lao, por el módico precio de 4 € por persona con el desayuno incluido. Eso sí, tendriamos baño compartido, aunque nos garantizaron que al día siguiente tendríamos una habitación con baño privado por 6 €/persona. Esta fué la cabañita en la que dormimos el primer día, mu cuca.


Durante el día de hoy, el plan ha sido alquilar una moto y recorrer los alrededores de Vang Vieng. Fuimos por la carretera 13 hasta llegar a una zona de cuevas, parando para hacer algunas fotos a los paisajes y pequeños poblados.






Cuando localizamos la zona, dejamos las motos y llegamos hasta la cueva Tham Nam, donde tienes que alquilar un neumático y una linterna para adentrarte en ella. La entrada impone, porque se ve muy estrecha, pero después cueva es grandísima, parecía que no tenía fin. Además, vimos que nos daba la bienvenida una pequeña serpiente justo por donde teníamos que pasar, aunque cuando nos acercamos la perdimos de vista, se asustó ella más que nosotros.



La cueva esta preparada con unas cuerdas para que te vayas ayudando a avanzar. Y sí que avanzamos, estuvimos más de una hora dentro para hacerla entera, o mejor dicho hasta que se acaba la cuerda. Ha sido toda una experiencia. 





De la serpiente, no pudimos sacar fotos, pero sí de esta amiga que nos encontramos por el camino.


A la vuelta nos paramos por uno de los humildes poblados poblados que te encuentras por el camino, y es impresionante con lo poco que viven esta gente. Y aún mas impresionante es la sonrisa que siempre te ofrecen.





Y así se ha acabado el día de hoy. Nos ha gustado tanto que mañana repetimos,coger de nuevo una moto y a descubrir mas cuevas, paisajes y zonas donde refrescarnos porque el calor aprieta por estos lares.

Son las 01:23 , así que público, me voy a dormir

¡¡¡Un abrazo a todos !!!