Os dejé de camino a las montañas de Drakensberg, la cadena montañosa más alta del país. Nos alojamos en una bonito hostel , aquí los llaman Lodge , a los pies de unos de los picos más altos de esta cordillera , Sterkhorn Peak , de 2900 metros , y que se puede coronar sin equipamiento especial en unas 7 horas ida y vuelta.
La zona en sí ya merece una visita. Los paisajes son impresionantes y con el fondo de las montañas , algunas de ellas con nieve en esta época, son una verdadera maravilla que no nos ha decepcionado.
Pasamos 3 noches e hicimos dos días de trekking . El primero con una ruta circular atravesando un bosque , pasando un par de cascadas, y con una subida importante que ya nos adelantó algo de las sensaciones que viviríamos al día siguiente al intentar coronar Sterkhorn Peak. Este primer día, acabé exhausto tras las algo las de 6 horas de caminata, pero fue un buen día de calentamiento y la verdad que los paisajes , sobre todo a medida que íbamos cogiendo altura , nos iban recompensando el esfuerzo.
El segundo día , tras haber realizado mis correspondientes estiramientos, que ya va teniendo uno una edad, no dispusimos a hacer lo que sería la ruta más dura . Al final , entre los dos días hicimos unos 45 kilómetros de distancia y subimos unos 450 pisos según mi iPhone , es decir , me subí el edificio de hacienda de unas 56 veces , que no está nada mal .
En unas 4 horas estábamos ya casi en la cumbre , pero el tiempo empezó a empeorar , y la zona era un poco más peligrosa por la que decidimos quedarnos a unos 200 metros de las cumbre . En cualquier caso las vistas desde ese punto ya nos dejaban más que satisfechos.
La bajada fue pasada por agua y viento , pero completamos la ruta en una hora menos de lo previsto. Así que de nuevo al Lodge a recuperar fuerzas. Sorprendentemente este segundo día que se esperaba más duro acabé mejor que el primero.
Al día siguiente haríamos la jornada más larga en coche en lo que llevamos de viaje , unas 9 horas de coche para ir a visitar a una amiga de Rob y Coen, Kim, que conocieron, como a mí, viajando por Asia. Nos invitó a su casa que resultó ser una impresionante finca. Tardamos más casi 40 minutos en coche desde que entramos a la puerta la finca hasta llegar a la casa . Así que podéis haceros una idea de la dimensión de la misma.
Hemos pasado dos noches en su casa que en realidad lo tienen adaptado con habitaciones en plan hotel , y junto a su casa tienen además un bonito Lodge para alojar a más clientes. Se trata de un coto de caza al que acuden principalmente clientes americanos según nos contó el marido de Kim.
El domingo tocaba ir a la iglesia , ya que ellos no suelen fallar, así que los acompañamos , resultando ser más entretenida de lo esperado ya que no era una iglesia católica si no imagino que evangelista o alguna iglesia del estilo , que en vez de rezar tenían un pedazo de banda que no sonaba nada mal así que acabamos todos cantando y bailando.
Por la noche , para recuperemos de la adrenalina de los disparos , nos zampamos unos deliciosos solomillos de ciervo a la barbacoa. Así que hemos estado como verdaderos reyes . Muy agradecidos a Kim y Chris , de los que nos hemos despedido hoy para llegar al siguiente destino. Estamos en la costa este , en un lugar llamado Jeffrey Bay, famoso por los surferos de todo el mundo. Desde aquí iremos hacia el oeste hasta finalizar los últimos días en Ciudad del Cabo. Ya os iré contando cómo sigue discurriendo mi aventura sudafricana. Muchos besos a la familia y a los amiguetes. Os veo pronto.